En su libro «El significado de los hombres blancos: raza y modernidad en el mundo cultural de Orokaiva», Ira Bashkow escribe «hombres blancos» como una sola palabra. Esa ortografía se ajusta mejor a la comprensión de los Orokaiva, un grupo de personas en Nueva Guinea con quienes Bashkow realizó un trabajo de campo a largo plazo.
Bashkow explica con gran detalle cómo la gente de Orokaiva evalúa y aprecia el mundo, enfocándose en su convicción de que los antropólogos deberían ir más allá de la autocrítica y abrirse a las múltiples formas en que su innegable poder y riqueza son entendidos y percibidos por otros.
Los Orokaiva utilizan el término «hombres blancos» para referirse a personas que son ligeras, no solo en color, sino también en otros aspectos, como tener una piel suave y sin callos debido al trabajo duro. También perciben que estos individuos tienen lazos débiles con otras personas y pocas obligaciones.
Su alimentación se basa en alimentos ligeros que compran con dinero, en contraste con los Orokaiva, quienes consumen principalmente alimentos pesados, como el taro, que los conectan con la tierra y fortalecen sus cuerpos.
Bashkow extrae dos lecciones importantes de su trabajo de campo. En primer lugar, destaca que la diferenciación entre razas no está necesariamente vinculada a la apariencia física, sino que puede manifestarse en aspectos como la alimentación. Por lo tanto, los Orokaiva han llegado a asociar la comida ligera (como el arroz y las carnes enlatadas) con los hombres blancos, aunque tengan poco contacto directo con ellos en la actualidad.
La segunda lección que se desprende de su estudio se refiere a la importancia de preservar la distinción cultural y evitar una homogeneización universalista. Los Orokaiva valoran su singularidad y se aferran a sus propias perspectivas frente a las ideas de otros, incluidos los antropólogos. Sin embargo, están enfrentando amenazas a su estilo de vida debido a la introducción de prácticas importadas, como el cultivo de cultivos comerciales, que afecta su forma tradicional de subsistencia y su conexión con la tierra.
El cultivo de cultivos comerciales, como el café, el cacao y la palma aceitera, proporciona dinero a los Orokaiva, permitiéndoles comprar alimentos ligeros para adornar sus comidas festivas. No obstante, esta práctica también disminuye el espacio dedicado al cultivo de alimentos locales y afecta la sostenibilidad del ecosistema. Para los Orokaiva, depender de los precios del mercado y las relaciones de producción representa una pérdida de libertad y los hace vulnerables en una economía mundial donde pueden ser fácilmente reemplazados.
En resumen, el trabajo de campo de Bashkow con los Orokaiva ofrece una perspectiva única sobre la percepción de los hombres blancos y la comida ligera desde una mirada cultural y antropológica. Las diferencias culturales y la forma en que los alimentos influyen en la identidad y las relaciones humanas son temas centrales en su investigación. También destaca la importancia de preservar la diversidad cultural y evitar una homogeneización universalista que podría amenazar las formas de vida tradicionales y sostenibles de los pueblos indígenas, como los Orokaiva.